Esta noticia es otro
ejemplo más de cómo los límites entre una persona y lo que quiere hacer sólo
los pone la propia persona. El articulo trata del proyecto que van a realizar
un grupo de personas discapacitadas físicas, consistente en hacer una
expedición por el Polo Norte. Pero antes de realizar este viaje tienen que
hacer un entrenamiento, que ya ha comenzado, en los países de Rusia y
Groenlandia y como explica el responsable de esta expedición que estas
personas tenga una discapacidad física nunca supuso una barrera, sino más bien
al contrario es algo por lo que luchar con
más ganas para llegar donde quieran y que una persona que tenga
discapacidad no significa que no pueda hacer lo mismo que el resto y con la
misma iniciativa.

Articulo: (23.Enero.2013)
Los límites para el ser humano solo existen en la mente de cada uno.
Este es el pensamiento que mueve este, tan arriesgado como emocionante,
proyecto nacido en Córdoba. Concretamente, en la cabeza de Paco Acedo, un joven
emprendedor apasionado por el mundo acuático que, además de inaugurar la
primera escuela de buceo en la capital califal, ahora se sumerge en una nueva
idea. Se llama Subpolar 90 y se trata de un grupo de científicos que viajará al
Polo Norte para enfrentarse a distintas investigaciones por la zona, así como
bucear. Sin embargo, este plan no destacaría por su originalidad si no fuese
por los miembros que completan ese equipo. Los valientes presentan alguna
discapacidad física.
No obstante, tal y como explicaba Acedo, este punto nunca supuso una
barrera, sino más bien todo lo contrario, "algo por lo que luchar con más
ganas para llegar donde quieran". "Que a uno le falte una mano o una
pierna o solo tenga el 10% de visión no significa que ellos no puedan hacer lo
mismo que el resto y con la misma iniciativa", aseguraba este intrépido
cordobés. De hecho, el también director de Córdoba Bucea puso en marcha esta
idea tras contactar con Jesús, quien presenta una malformación de nacimiento.
"Los dos teníamos ganas de emprender un proyecto así y decidimos ponernos
manos a la obra".

Aún así, el proyecto sigue adelante. La ilusión y las ganas superan
cualquier obstáculo y el peligro, que también lo entraña este viaje, queda a un
lado. "El principal riesgo que corremos es el hecho de bucear bajo hielo
porque entramos por un orificio, vamos a llamarlo así, y si ese orificio se
cierra o hay un movimiento de las placas de hielo el que entra no podrá salir".
Pero este riesgo se asume con gusto porque, tal y como aseguraba Acedo,
"las mayores recompensas se consiguen cuando más se arriesga".
No hay comentarios:
Publicar un comentario