Me ha parecido interesante este artículo donde explican un estudio realizado a un colectivo de 23 personas, cuya media de edad era de 24 años. Todos los participantes en el experimento tuvieron que jugar durante media hora diaria y a lo largo de un par de meses a Super Mario 64. Partiendo de aquí, los expertos compararon su “materia gris” con la de otros individuos que no se habían ejercitado con ningún videojuego. Y, el resultado fue un “aumento significativo” en tres regiones: la parte derecha de la formación del hipocampo, la corteza prefontral y la zona bilateral del cerebelo. El estudio concluía que los videojuegos retrasan el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas e incrementan el volumen cerebral. Por lo que, la práctica frecuente de los videojuegos puede ser beneficiosa en caso de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, ya que aminora su desarrollo.
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