jueves, 6 de febrero de 2014

LA MANO BIÓNICA QUE SIENTE

El mecanismo que ha estrenado Dennis, desarrollado por Silvestro Micera y un grupo de expertos de Suiza de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), en Suiza, y Escuela Superior Santa Anna (SSSA), en Italia, es mucho más complejo y consigue resultados más espectaculares. Para empezar, requirió una intervención quirúrgica de siete horas (que tuvo lugar el 26 de enero del año pasado), señalan los científicos. Durante este tiempo, un equipo de médicos supervisados por Paolo Maria Rossini en el Hospital Gemelli (Italia) implantaron una serie de electrodos en los nervios periféricos del brazo del paciente. Por otro lado, "la mano artificial tiene varios sensores unidos a cada tendón de cada dedo", comenta Micera. La idea era "usar estos sensores para comprender el nivel de fuerza que el paciente ejerce cuando agarra un objeto" y en función de si es necesaria más o menos intensidad, enviar una señal eléctrica para estimular los nervios sensoriales con el objetivo de modular dicha fuerza para completar diferentes acciones en tiempo real. Se trata de crear una especie de canal directo de información entre el cerebro de la persona y la prótesis y, en vista de los resultados, no es ciencia ficción, sino real. De hecho, según cuenta Dennis, "la retroalimentación fue muy impactante. Podía sentir cosas que no había sido capaz de sentir en más de nueve años". En el ensayo, que transcurrió a lo largo de unas cuatro semanas, los investigadores le vendaron los ojos y le pusieron tapones en los oídos. Sin ver ni oír lo que estaba tocando, Dennis fue capaz de agarrar diferentes objetos con distinta fuerza y consiguió reconocer las formas y la consistencia. "Podía sentir si lo que cogía era blando o duro, redondo o cuadrado". Todo esto gracias a la comunicación bidireccional que logra establecer la nueva mano biónica, un hito para los científicos que trabajan en esta línea. "Es la primera vez que se ha restaurado la retroalimentación sensorial en las neuroprótesis y que la ha utilizado un amputado en tiempo real para controlar una prótesis", subraya Micera. No era un reto fácil y más tratándose de la mano, que "tiene hasta 27 grados de libertad de moviento", apunta Rocon. Así como en la muñeca tenemos dos grados (la flexión y la abducción), en la mano hay muchas articulaciones y muchas posibilidades de movimiento". De hecho, agrega, "el 30% de la corteza motora está dedicada precisamente a la mano, lo que hace ver la complejidad de la misma". En la misma línea opina Isabel Díez, fisioterapeuta del Centro de Referencia Estatal Discapacidad y Dependencia San Andrés del Rabanedo en León (dependiente del Imserso), para quien este experimento supone "un gran avance", ya que estimula la sensibilidad y consigue movimientos, fuerza de agarre, presión y manipulación con más eficacia". Además, añade, en un paciente que llevaba mucho tiempo amputado. "A medida que pasan los años, más difícil es la recuperación". http://www.elmundo.es/salud/2014/02/05/52f27fceca4741b76f8b457b.html

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