La recuperación de un miembro amputado
puede lograrse con algún tipo de prótesis, pero lo que hasta ahora ha sido casi
imposible, se está llevando a cabo. La gran novedad es la recuperación de la captación
de sensaciones a través de un miembro que tiene alguna prótesis.
En la actualidad la comercialización de
este producto se está demorando en relación con las necesidades que se podría
cubrir con esta nueva tecnología, a esto se le suma que el conocimiento
que se tiene sobre ella es mínimo.
"Es muy cercano a mi propia mano,
porque puedo sentir el fantasma de la original. Tengo sensaciones y siento que
es esa la que estoy moviendo", explica Dennis Aabo, quien se ofreció como
voluntario para probar una prótesis biónica que permite a los amputados sentir
a través de las puntas de los dedos artificiales.
A este hombre danés le colocaron la mano
biónica, conectada a los nervios de su antebrazo, a través de una cirugía en
Italia.
Aabo, quien perdió su mano izquierda
hace casi una década en un accidente con fuegos artificiales, calificó la mano
de "increíble".
En pruebas de laboratorio pudo
determinar la forma y dureza de los objetos que sostenía, inclusive cuando le
taparon los ojos.
Los detalles del trabajo
se publicaron en la revista Science Translational Medicine.
Implante
El proyecto fue realizado por un equipo
internacional que incluyó a expertos en robótica de Italia, Suiza y Alemania.
"Es la primera vez que un amputado
tiene la sensación del tacto en tiempo real con un dispositivo protésico",
esta es una conclusión común de los equipos que trabajaron en su realización.
El avance científico no es la mano, sino
la electrónica y los programas que han permitido transmitir sensaciones al
cerebro.
Colocaron sensores en la mano artificial
que podían detectar y medir información sobre el tacto. A partir de algoritmos
computarizados, los científicos transformaron las señales eléctricas en
impulsos, que podían ser interpretados por los nervios sensoriales.
En la operación realizada en Roma se
implantaron cuatro electrodos en los nervios del antebrazo del paciente. Estos
se conectaron a sensores artificiales en los dedos de la mano protésica, lo que
permitió enviar al cerebro las respuestas al tacto y la presión.
Aabo, de 36 años y promotor
inmobiliario, se sometió a pruebas de laboratorio durante un mes; primero para
comprobar que los electrodos estuvieran funcionando y después con ellos
completamente conectados a la mano biónica.
"La mayor diferencia fue cuando
agarré algo y pude sentir lo que estaba haciendo sin tener que mirar. Pude
utilizar la mano en la oscuridad", cuenta.
"Se trató de un uso intuitivo, y
fue increíble poder sentir si los objetos eran suaves o duros, rectos o
curvos".
Experiencia
La mano biónica es todavía un prototipo,
y debido a las restricciones impuestas en ensayos clínicos, Aabo tuvo que
someterse a una segunda operación para que le quiten los sensores.
"Dio un mes de su vida y dos
operaciones para probar este dispositivo. Todos estamos muy agradecidos con
él".
Rossini explicó que antes de llegar a
Aabo, para practicar se hicieron muchas cirugías en cerdos y cadáveres humanos,
a fin de asegurar que sabían exactamente cómo juntar los electrodos a los
pequeños nervios periféricos del brazo.
Otro miembro del equipo, la doctora
Stanisa Raspopovic dijo que era "un momento muy emocionante cuando tras un
sin fin de horas de pruebas, Dennis se giró y dijo con incredulidad '¡esto es
magia! ¡Puedo sentir que estoy cerrando la mano que perdí!".
Por su parte, el doctor Alastair
Ritchie, comentó que se trataba de un trabajo interesante, "llevando la
investigación en antebrazos protésicos al siguiente nivel con respuesta
sensorial".
"Esta tecnología permitirá al
usuario saber la firmeza a la hora de tomar un objeto, lo cual es vital para
manejar objetos frágiles. Imagina agarrar un huevo sin ninguna sensación en tus
dedos", agregó.
El equipo internacional trabaja ahora en
cómo miniaturizar la tecnología para que pueda ser usada en casa.
"Debemos deshacernos de los cables
externos y hacer que se puedan implantar completamente" dijo el profesor
Thomas Stieglitz, de la Universidad de Frieburg en Alemania, y cuyo laboratorio
creó los electrodos ultra delgados.
Recientemente, científicos en Cleveland,
Ohio, en Estados Unidos, hicieron público el vídeo de un paciente que podía
quitar el pedúnculo de una cereza con los ojos tapados. Pero este trabajo todavía
no ha pasado por una revisión de pares y no ha sido publicado.
No hay un calendario preciso, pero
científicos estiman que podría pasar una década antes de que se pueda
comercializar una mano biónica.
Aunque creen que esto podrá pavimentar
el camino para desarrollar dispositivos protésicos más realistas, que puedan
detectar texturas y temperatura.
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