martes, 20 de enero de 2015

Robótica para volver a caminar

Cuatrocientos mil españoles padecen algún tipo de discapacidad tras sufrir un daño cerebral adquirido. Y es que el impacto tras este tipo de accidentes es brutal: alteraciones en las habilidades comunicativas, emocionales, déficits cognitivos, físico-motores, etc.
De entre todos ellos, la falta de autonomía que supone no volver a andar, o tener serias dificultades para hacerlo pesa como una losa en el estado anímico del paciente. Y, si bien depende de cada caso, el proceso de rehabilitación es duro y exige de la participación tanto física como psquíca del afectado.
AYUDA ROBÓTICA. Las alteraciones en el sistema motor provocadas por un daño cerebral adquirido incluyen alteraciones del equilibrio, alteraciones o incapacidad para la bipedestación (mantenerse de pie), alteraciones o incapacidad para la marcha, limitaciones o alteraciones en el movimiento de una o varias extremidades, o incluso el control del tronco y cabeza en situación de reposo.
Los avances de la robótica aplicada a la neurorrehabilitación han permitido avanzar notablemente en la recuperación de la marcha en pacientes con daño cerebral y/o medular adquirido. Recientemente, el Servicio de Daño Cerebral y Neurorrehabilitación del Hospital Nisa Valencia al Mar ha adquirido un Lokomat. “Mediante un sistema de arneses”, explica Joan Ferri director Servicio de Neurorrehabilitación y Daño Cerebral de Hospitales Nisa, “Lokomat reduce el peso del propio cuerpo que el paciente tiene que soportar y controla el peso de la carga y la velocidad de la marcha”.
Se trata de un robot de naturaleza ortésica -es decir, pensado para mejorar aspectos funcionales del sistema neuromusculoesquelético- que simula y reproduce la marcha fisiológica del individuo, según comenta Carolina Colomer, directora clínica. Las adaptaciones del Lokomat se acoplan a las extremidades inferiores del paciente y, con ayuda mecánica, reproduce un patrón de marcha normalizado en el que el tronco queda suspendido de manera controlada.
“Además”, puntualiza Enrique Noé, director de Investigación, “este aparato puede monitorizar y medir todos los parámetros del ejercicio y de la marcha del afectado”.
La aplicación de esta tecnología a la neurorrehabilitación permite calcular las cargas que se ejercen sobre el plano de una cinta rodante, de modo que el paciente puede realizar una marcha desgravitada y recoger el patrón de esa marcha, de forma informatizada, registrándolo y modificándolo para cada paciente.
MEJORES RESULTADOS. El tratamiento intensivo con la realización de ejercicios repetitivos de reeducación del patrón de la marcha fisiológica ofrece mejores resultados que los métodos convencionales de recuperación. De hecho, la terapia de locomoción en cinta rodante de entrenamiento se ha convertido en un método estándar para numerosas enfermedades motoras de origen neurológico y en un sistema de rehabilitación para determinados traumatismos severos.

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