Ingeniero industrial; nivel de inglés: alto. A Adrià Jané la sordera profunda que tiene de
nacimiento no le ha impedido cursar Ingeniería Industrial, obtener el First
Certificate o jugar al baloncesto de alta competición. "Necesito
audífonos, subtítulos, adaptaciones de bucle magnético, etc. Gracias a estas
ayudas técnicas, la mayoría de las personas sordas hemos mejorado enormemente
nuestras capacidades", señala y lamenta que aún haya películas sin subtítulos
o informaciones en espacios públicos solo por megafonía.
Este
barcelonés de 26 años estudió en la Universidad Politécnica de Cataluña, donde
afirma que se apuesta por el modelo de educación inclusiva. Esto no le dejó
exento de algunas dificultades a la hora de seguir las clases: "No era
capaz de tomar buenos apuntes porque no puedo oír y escribir a la vez, necesito
el complemento de la lectura labial. El apoyo de mis compañeros prestándome sus
apuntes fue fundamental". Nadie le dijo nunca que aquella carrera sería
demasiado difícil para él, lo que le dio un punto de confianza en decidirse a
hacerla y en continuar adelante con ella.
En la academia de inglés tuvo un profesor particular, con becas para
ello "porque las clases particulares son carísimas". Y como baloncestista,
entre los 8 y los 23 años, siempre fue uno más del equipo: "Tanto el
entrenador como los compañeros conocían mi discapacidad y pronto aprendían que
era más efectivo llamarme a distancia mediante gestos que a gritos. También
sabían que necesitaba contacto visual para entender las instrucciones".
Los audífonos le permitían además oír perfectamente el silbato del
árbitro.
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