Autonomía también es facilidad de movimiento.
Todos empezamos el día en la cama. Y todos tenemos necesidad
de desplazarnos a otras estancias como el baño o, en personas con
dificultades de movilidad, a una silla de ruedas. La instalación de
grúas de techo hace posible no sólo esta movilidad, sino también
asociarla a la prevención, la seguridad y la comodidad.
Mayor seguridad, prevención para el cuidador
Las grúas de techo ofrecen mayor seguridad en el traslado de la cama al baño u a
otras dependencias. Además, la simplificación de movimientos facilita la tarea
del cuidador y evita riesgos por sobrepeso.
Menor espacio ocupado. Mayor movilidad sin obstaculizar
Al no interferir en el suelo, se puede realizar cualquier movimiento en un espacio
más reducido que el que ocupa una grúa de pie.
Mayor comodidad y menor esfuerzo para cuidador y usuario
Se puede realizar un giro de 360º con un ligero impulso de la persona suspendida
o del cuidador. El balanceo de la persona suspendida tiene menor amplitud
que en una grúa de pie.
Autonomía personal. El usuario se desplaza sin ayuda externa
Para algunos usuarios, la grúa de techo puede suponer el
desplazamiento autónomo de algunos usuarios.
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