La
terapia con animales es una forma distinta de hacer terapia ocupacional, ya que
puede resultar una actividad divertida y a la vez los animales pueden aportar
beneficios a personas con problemas muy diversos. En los ancianos, pueden
actuar de la forma más básica como una forma de compañía y una distracción para
el paciente, en la que debe estar pendiente de su alimentación, cuidado o
paseo, sintiéndose útiles y obligándole a salir a la calle y realizar ejercicio
y relacionarse con otras personas, contribuyendo a su integración social y
venciendo problemas de depresión o estrés. También se pueden utilizar en juegos
para ejercitar la fuerza de las personas mayores. En niños autistas, por
ejemplo, el animal sirve como un estímulo para desarrollar sus capacidades y
habilidades. En pacientes con parálisis cerebral, los animales estimulan la
capacidad sensorial de estas personas.
En las
imágenes anteriores podemos ver cómo los terapeutas ocupacionales utilizan la
ayuda de animales que actúan como “co-terapeutas” como medio para realizar sus
actividades con diversos tipos de problemas. Para los pacientes resulta una
actividad significativa ya que como muestran las imágenes son actividades que
les motivan y con las que se sienten a gusto y útiles. Esto les provoca una
sensación de felicidad.
Por
otra parte, el simple hecho de contacto con un animal puede producir
sensaciones de optimismo y tranquilidad, ayudando a fortalecer el autoestima,
creando respuestas positivas ante la enfermedad y ganando confianza en sí
mismos. Les puede ayudar a esforzarse para comunicarse tanto con el animal como
con otras personas. Desarrollando así su capacidad de expresión.
En
resumen, la terapia asistida con animales, se compone de actividades que pueden
resultar de gran significado para los pacientes, a la vez que divertidas y
terapéuticas, por lo que se trata de una forma distinta y curiosa de entender
la terapia ocupacional.
Grupo 4
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