Un perro guía, perro lazarillo o perro de asistencia está adiestrado para guiar a aquellas
personas ciegas
o con deficiencia visual grave o
para ayudarlas en los trabajos del hogar. El perro guía es el único reconocido legalmente hoy en día,
hecho que le permite unos derechos y privilegios no reconocidos entre el resto
de los perros como, por ejemplo, la aceptación obligatoria en el transporte público.
Durante el control de la marcha, el perro debe tener capacidad
para percatarse de peligros eventuales para el dueño debido a la existencia de barreras arquitectónicas, requiriéndose
una inteligencia bastante alta y un nivel de entrenamiento avanzado
por parte del animal.
En España, la mayoría de los perros guía son entrenados y certificados por
la Once. La Fundación
Once del Perro-Guía es el centro responsable de la selección, cuidado, atención
y entrenamiento de estos perros, así como del adiestramiento posterior
necesario para la adaptación entre el usuario y el perro-guía asignado.
En cuanto a las razas de perros, tradicionalmente se ha elegido
el Labrador Retriever por su carácter apacible y
poco alocado. En los últimos años se han emprendido
varias iniciativas para adiestrar perros de otras razas, e incluso mezclas y
callejeros, como una manera de solucionar dos problemas sociales a la vez:
elegir perros de las perreras y protectoras de animales y adiestrarlos para
asistir a personas con cualquier tipo de discapacidad, incluidas las mentales
(sean permanentes o no).
La Fundación Once del Perro-Guía organiza habitualmente
exhibiciones a lo largo de la geografía española, con el objetivo de difundir
el trabajo que realizan los perros-guía a diario por nuestras ciudades y
pueblos acompañando a una persona con ceguera o grave discapacidad visual,
explicar el adiestramiento necesario para que puedan desarrollar estas tareas y
concienciar a la sociedad respecto a la gran importancia que tiene el respeto
del derecho de acceso de estos perros a lugares públicos o de uso público.
DECÁLOGO DEL COMPORTAMIENTO CIUDADANO ANTE LA
PRESENCIA DE UN PERRO-GUÍA:
- No le des de comer ni le llames cuando está trabajando. Los silbidos le distraen.
- Si quieres saludarle pregunta primero a la persona.
- No dejes a tu perro suelto cerca de él. Intenta controlarlo.
- Para dar una indicación a su dueño, no tires de la correa ni le agarres del arnés.
- Recuerda que son los ojos de una persona. No impidas su paso a los establecimientos ni transportes. La ley les ampara.
- Si cuando vas conduciendo ves que intenta cruzar, ten precaución y para a una distancia suficiente para no asustarle.
- Facilítale una ubicación cómoda en los transportes públicos.
El perro
guía supone, por la seguridad y autonomía que proporciona, una ayuda
inestimable en el desplazamiento de las personas con ceguera que optan por él
como auxiliar de movilidad.
Gracias a la gran labor
social de Once, más de mil perros guía conducen a personas ciegas por nuestras
calles de forma más segura y autónoma.
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